Es importantísimo tener en cuenta que la televisión no es una niñera para los niños.
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JULIO: Infancia y televisión

INFANCIA Y TELEVISIÓN: 6 Técnicas para ver la tv con cabeza

La televisión se ha convertido en uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de las personas y, en especial, de los niños. Los pequeños almacenan todo tipo de información que reciben, sean del colegio, de sus padres, del parque, de un cuento… y, por supuesto, de la televisión. Por esa razón, el hábito de ver la televisión todos los días esta despertando una gran preocupación por parte de muchos padres sobre la calidad de los contenidos que están siendo asimilados por sus hijos, así como también sobre qué postura deben tener delante de sus hijos en cuanto a la costumbre de ver la televisión.

Es importantísimo tener en cuenta que la televisión no es una niñera para los niños.

Ver la televisión es una de las actividades preferidas de los niños. El tiempo que ellos dedican a la televisión varía en función de la edad, el sexo, la clase social y está directamente relacionada con el tiempo que dedican sus padres a ver la televisión. En muchos hogares, la televisión ejerce el papel de compañía, una especie de ‘niñera’ para los niños. Evita que los niños estén “molestando”, es decir, estén corriendo por toda la casa, desordenen, jueguen, se peleen… en definitiva, que sean niños. Pero además, como contrapartida resta tiempo al estudio, a la lectura, al deporte, a la interacción con la familia, al desarrollo social y a los juegos. Por tanto, los padres deben ser un ejemplo.

La televisión es una fuente efectiva para la formación de actitudes, la adquisición de habilidades y la formación del comportamiento del niño. Los niños ven a la televisión para distraerse, reducir las tensiones y obtener información. Además, hay niños que ven la televisión porque desde muy temprana edad les fue impuesta y a ellos no les queda otro remedio.

Es necesario conocer más profunda y particularmente su terreno, para evitar que nuestros hijos adquieran conductas agresivas, erróneas, aprendidas por imitación. En la mayoría de las ocasiones, los niños no saben diferenciar entre los contenidos que les vienen bien y los que no, del mismo modo que su ingenuidad hace tengan dificultades para distinguir entre la ficción presentada en la televisión y la realidad.

¡OJO! Cuando los niños están viendo un programa de televisión, están también bajo la influencia de numerosos anuncios comerciales, que proyectan estereotipos relacionados con aspectos raciales, sociales, culturales, sexuales, así como también hábitos alimentarios (bebidas alcohólicas, comidas de preparación rápida, juguetes…). Los niños son los grandes explotados por la publicidad en la televisión. Más de la mitad de la publicidad contiene información errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera. De tal manera que, la televisión no sólo ofrece sino que impone experiencias y condicionantes a nuestros niños, pues ellos son el principal blanco hacia el cual van dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.

Por todo esto, NO se puede olvidar que nuestros pequeños están iniciando su formación y que todo lo que vean, escuchen y vivan, influirá en su desarrollo.

Los riesgos de ver demasiada televisión para los niños

Los niños que ven demasiada televisión están expuestos a un mayor número de riesgos para su desarrollo intelectual, emocional y social. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Sacar malas notas en la escuela. Sucede al dedicar más tiempo a la televisión que a los deberes y al estudio.
  • Leer menos libros. Demasiada televisión resta tiempo a la lectura.
  • Hacer menos ejercicio físico. La televisión supone un grave peligro de sedentarismo para los niños.
  • Tener problemas de sobrepeso. El sedentarismo unido a un mayor consumo de snaks y productos calóricos durante el tiempo que pasan sentados delante de la televisión puede aumentar su riesgo de obesidad.
  • Convertirse en niños pasivos. La celeridad con la que pasan las secuencias de las imágenes en televisión puede hacer perder a los niños por otros juegos tradicionales, que para ellos, se convierten en lentos, aburridos y sin interés.
  • Entender parcialmente lo visto. La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género, y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los niños son impresionables y pueden asumir que lo que ellos ven en televisión es lo normal, seguro y aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y actitudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.

 

Hay que controlar el tiempo que los menores pasan frente a la televisión, ser estrictos en su cumplimiento, y vigilar los contenidos que ven.

Seis técnicas para aprender a usar la televisión con cabeza

1. Escoge programas adecuados a cada edad y por tanto, para el nivel de desarrollo del niño

Los niños aprenden de lo que ven y, con dos años ya manejan el mando a distancia con soltura, por eso es tan importante elegir espacios para su edad pero que les interesen. En niños pequeños, los mejores son los que les inspiran a hacer sonidos, decir palabras, cantar o bailar. Y los que enfatizan la interactividad.

2. Limita el tiempo que ve la televisión el niño

La Asociación Española de Pediatría recomienda un máximo de media hora al día para los niños menores de 3 años y hasta dos horas, como muchísimo, para los más mayores. Eso incluye todo el tiempo frente a una pantalla, ya sea de televisión, ordenador, consola, tableta o teléfono móvil. Además, es importante apagar la televisión durante las horas de la comida y de los estudios.

3. Permítele que vea programas, pero no la televisión

No encender la televisión para ver qué ponen y consultar las parrillas de televisión para poder elegir previamente un programa adecuado. Otra opción es grabar programas que le gusten o que los padres consideren de calidad o adecuados para su edad, para que los vea a la hora que más os convenga, y no cuando los pongan en televisión.

4. Enseña a tu hijo a ser crítico con lo que ve

Anima al niño a apagar la tele si lo que ve no le gusta. Eso evitará que se trague espacios indeseados. Enséñale a distinguir entre el programa en sí y los anuncios, aclarándole qué es cada cosa. Anímale a hacer preguntas sobre lo que está viendo y a relacionar lo que está ocurriendo en la televisión con situaciones reales o que está estudiando/aprendiendo y con los valores familiares y personales.

5. Siempre que te sea posible, ve la televisión con él

La tele no es una niñera ni un método para que el niño esté callado. Según un estudio estadounidense, los niños que ven la televisión con sus padres tienen mejor rendimiento escolar que los que la ven solos. Ver la tele juntos le permite al niño, e incluso al adolescente, preguntar lo que no comprende.

6. Amplía el contenido del programa con otras actividades

Si tu hijo ve, por ejemplo, un capítulo de Dora la exploradora en la que hablan del número 3, muéstrale después el número o asócialo con cosas comunes del tipo «hoy comemos papá, mamá y Sofía, que somos tres». En niños más mayores, asocia lo que ven con libros o con actividades fuera de casa. Y señalar los valores positivos como la cooperación, la amistad…

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