¿cómo conseguir quitarle el chupete sin que sufra demasiado? Te damos las reglas de oro.
12 meses 12 pautas, Blog

ABRIL: Adiós al chupete

Abandonar el chupete es un momento importante para el niño. Por ello, es difícil establecer una «fecha mágica». Cada niño tiene sus propios ritmos  pero no hay que olvidar los ritmos que ademas les exigimos (comienzo de la guardería, problemas futuros de dentición y del habla, agobios de padres…). Entonces, ¿cómo conseguir quitarle el chupete sin traumas? Te damos las reglas de oro.

La succión está unida al pequeño desde que es un feto. A partir del quinto mes de embarazo comienza a chuparse los dedos dentro del vientre materno. Cuando nace, su forma de comer y de estar unido a la madre es mediante la succión, ya sea a través de la lactancia materna o el biberón. Más adelante le será incorporado el chupete, puesto que ese movimiento al succionar la tetina lo relaja y le ayuda a descansar. Por tanto, es uno de los objetos más queridos por el bebé y por los papis al principio… luego puede convertirse en un dolor de cabeza por no saber cómo dejarlo a tiempo.

Hay que tener en cuenta que conforme el bebé vaya creciendo, irá poco a poco abandonando el hábito de succionar y adquiriendo otros nuevos. De modo que cada vez irá utilizando menos el chupete, usándolo solamente para dormir, e incluso abandonándolo totalmente por sí solo.

Si esto no ocurre, tendremos que ayudarle un poco. Así que, el momento de quitar el chupete se convierte en un despliegue impresionante de argucias por parte de los papás para convencer al niño de que, a partir de ese momento, ya no podremos volver a contar con él. El éxito de esta difícil tarea de quitar el chupete reside en que nosotros mismos nos preparemos para ello y sepamos persuadir a nuestros hijos con la motivación necesaria.

Trucos para quitar el chupete a tu bebé

Elige el momento adecuado, una época en la que tú tengas tiempo y paciencia para apoyar a tu hijo en esta difícil tarea para él.
Como padres muchas veces no vemos el momento idóneo para enfrentarnos al abandono definitivo de un hábito bastante arraigado en el niño. Como es lógico, no nos apetece que nuestro hijo le cueste conciliar el sueño, llore con más frecuencia, este mas mimoso, pueda interrumpir su sueño, demande nuestra atención a horas intempestivas…

Averigua si tu hijo está preparado para dar este paso. No olvides que el chupete es su amigo, su consuelo, su tranquilizante. Por tanto, no hay que marcar fechas límites ni obsesionarse. Observa cómo va dejándolo cada vez más de lado y espera el momento adecuado en el que vaya ignorándolo cada vez más. La edad indicada para dejar el chupete es entre los 12 y los 36 meses, cuando el niño empieza a separarse de la mamá y a encontrar satisfacciones en otras actividades, como el juego. Pero hay que tener en cuenta que a lo mejor el niño se enfrenta a situaciones, cambios o circunstancias familiares que exigen de no aumentemos tensiones (nacimiento de un hermano, separación de unos padres, comenzar el colegio, cambio de casa o niñera…) o quitemos privilegios.

Hazlo de modo que le resulte mas atractivo. Una vez has decidido quitarle el chupete a tu hijo, comunícaselo, preparándole con tiempo para el acontecimiento. Una buena idea para quitárselo es contarle un cuento, en el que, un buen día, como por encanto, el chupete desaparece; o hazle juegos en los que este desaparece, o proponle que se lo regale a algún bebé más pequeño que lo necesita más, o puede darselo como ofrenda a los Reyes Magos, los duendes, el gato del vecino, un pájaro…, casi siempre a cambio de un regalito, por ser mayor… Cualquier método que a él le parezca divertido hará que tenga una mejor predisposición para aceptarlo.

Escucha sus reacciones: debes permitirle expresar sus sentimientos, su miedo a no conseguirlo. Saber que tiene tu comprensión es muy importante para él.

Por las noches, cuando se vaya a dormir, acompáñalo. Ese momento quizás sea el que más dificultad ofrezca, puesto que es en el que el chupete le ofrece mayor consuelo y más relajación. Aprovecha para leerle un cuento, cantarle una nana y acompañarle hasta que se quede dormido. De esta manera irá asociando el momento de dormir con otras cosas que le proporcionan mayor satisfacción.

Siempre debemos ofrecer un refuerzo positivo felicitando al niño por el esfuerzo y la renuncia que está protagonizando. Quizás tarden unos pocos días, pero se acostumbrarán.

Explícale de manera que pueda entender el motivo por el que se abandona el chupete. Ponte a su nivel para lograr que te comprenda. Una forma es decirle que papá y mamá no lo llevan porque es de bebés, al igual que los niños mayores. A ellos les encanta imitar lo que hacen los adultos y los chicos mayores que ellos. Les hace sentirse mayores y por tanto importantes.

Prepárate para soportar su crisis y no ceder. ¡¡Son dos días con sus dos noches!! Llegarán momentos en el que el niño llorará y pedirá el chupete desesperadamente. Lo pedirá insistentemente, pero tendrás que ser fuerte porque una vez dado el paso, no deberás volver atrás. Aquí, es cuando entra en juego nuestra imaginación para inventar historias creíbles sobre la pérdida fortuita del chupete o para seguir rituales preparatorios para dar el gran paso.

No te enfades con él y no le grites comparándole con otros niños que ya han dejado el chupete. Cada niño tiene su ritmo. Recuerda que la paciencia y el cariño son primordiales en cualquier experiencia que suponga un cambio para tu hijo.

Lo que nunca haremos será quitarlo de repente, ridiculizarle, o castigarle si llora. Ante todo, debemos respetar el ritmo de nuestro pequeño y entender que la separación del chupete puede ser para ellos causa de gran ansiedad.

Y, por último, hay que recordar que antes o después los niños se deshacen ellos solos del chupete…todavía nadie ha visto a un adolescente de doce o trece años enganchado al “pupo”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *