La importancia que dan los adolescentes al físico
Blog, Psicología Adolescentes

¡Anorexia! Todo comienza sin darte cuenta…

Todo empieza sin darte cuenta, no por una causa que lo justifique sino que esa predisposición se ha ido forjando poco a poco. Actualmente, la sociedad tiene un concepto de lo que es un cuerpo perfecto que está muy alejado de la realidad. Las modelos que salen en las pasarelas están anormalmente delgadas, y las tiendas de ropa también venden esa imagen de cuerpo deseable. Nos convencen de que una figura sin curvas es lo ideal.

Y cuando el cuerpo comienza a tomar forma de adulto, la realidad golpea con fuerza. Las personas con una autoestima alta, aceptan dichos cambios y se adaptan a la situación, pero aquellas que son más inseguras buscan cambiarla a toda costa. Pero no es algo sencillo ir en contra de la naturaleza, y las razones que les llevan a eso son muchas y variadas. Tu cuerpo no te gusta, tiene unas curvas que no se parecen en nada a lo que quieres, y pensar en que llega el verano y es hora de ir a la playa asusta. O puede empezar porque un conocido, sin darse cuenta de tus inseguridades, hace un comentario medio en broma sobre alguna foto que ha visto tuya en las redes sociales en la que sales poco favorecida. Podría poner ejemplos también de personas que hacen comentarios con el objetivo de hacer daño, pero creo que queda claro que lo que desencadena un trastorno de la alimentación es solo una gota más de un vaso que estaba al límite.

Un trastorno de la alimentación no surge de la noche a la mañana, sino que comienza con pequeños detalles, como empezar a fijarse en las calorías de los productos que comemos, o echar una miradita al peso varias veces al día para ver como varía. Poco a poco se incluyen ciertas rutinas como eliminar alimentos calóricos de la dieta, hacer mucho ejercicio para contrarrestar lo ingerido en las comidas, o utilizar otras técnicas como vómitos o pastillas cuando lo anterior no es suficiente.

Con lo que no contaba nadie es con lo positivo de esta situación. Cuando se empieza a perder kilos, la persona se ve mejor en el espejo, y eso se refleja en las relaciones sociales. Cuando uno está más cómodo con su cuerpo, es más simpático, más valiente, y eso hace que ligar, por ejemplo, sea más fácil. No se debe a la pérdida de peso directamente, sino a un cambio en la personalidad que la persona interioriza como una mejora por una reducción de peso. Se trata de un refuerzo externo que afianza el problema.

Y llega la pérdida del control. Todas las rutinas se van volviendo más estrictas, más duras. Se vuelven personas perfeccionistas que intentan controlar todo. Y sin notarlo, empiezan síntomas serios como la distorsión de la imagen corporal, signos físicos como la piel seca y rugosa cubierta de pelo o la caída del cabello, entre otros. Estas señales van acompañadas de síntomas psicológicos como tristeza, irritabilidad, angustia y miedo intenso a ganar peso. Y la situación es realmente grave, en el caso de las mujeres, cuando se produce la pérdida de la menstruación.

Lo que había comenzado de una manera inocente se ha convertido en un salto peligroso que podría ser mortal si no se toman medidas para frenarlo. Pedir ayuda para estas personas es muy complicado, ya que muchas veces ni siquiera son conscientes de que están en ese punto de no controlar su realidad, y por ello los familiares y amigos tienen un papel importante en su recuperación. Es necesario realizar una intervención de carácter multidisciplinar, implicando a diferentes profesionales debido a la gravedad de la situación.

Es importante tener en cuenta que en un trastorno de la alimentación, la persona ha perdido el control, es decir, no es plenamente capaz de modificar o eliminar las conductas nocivas que esta llevando a cabo. Esta es la parte que cuesta entender, y muchos consideran que con meterles miedo en el cuerpo y decirles que lo dejen es suficiente. Necesitan mucho apoyo, construir una base fuerte para poder encontrar otro camino más seguro para conseguir lo que quieren.

Sofia Galdos Isusi
BI-04637

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