Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Desgraciadamente, esta palabra está de moda debido a los inumerables casos de persecuciones y agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras.

Es un problema real y grave, no reconoce países, tamaño de escuelas ni colegios (sean públicos o privados, laicos o religiosos), diversidad cultural, nivel socioeconómico de los estudiantes… No es un fenómeno de nueva creación, al contrario, ha estado oculto durante mucho tiempo y en los últimos años ha salido al debate público. Es una manifestación temprana de intolerancia, discriminación, prejuicios, trastornos emocionales, y la violencia que se vive en la sociedad. Puede ocurrir a través del teléfono móvil, en persona, escrito, en la escuela, en el barrio, en algún transporte, en tu casa e incluso en redes sociales.

Bullying en los colegios

Un estudio estadístico realizado a escolares de 32 países y avalado por la Organización Mundial de la Salud revelo que un 24.8% de los niños españoles entre los 11 y los 18 años sufrían acoso escolar. A pesar de que los índices son aún más elevados en países como EEUU, Francia, Reino Unido o Alemania, el porcentaje de casos en nuestro país es demasiado alto para seguir pensando que se trata de casos aislados. Además, se estima que un 1,6 %de los niños y jóvenes estudiantes españoles sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 % lo vive esporádicamente. Por tanto, el maltrato entre iguales, es un fenómeno real y muy extendido.

Pero, son muy numerosas las experiencias de éxito. De prevención, de pronta detección e intervención efectivas. Este es el lado bueno de estas cosas… De las numerosas conversaciones con víctimas de este fenómeno desean que se cuenten, expliquen y se hagan visibles estas características:

• En situaciones graves, el dolor en la víctima es profundo. Como profunda es la desesperanza que crea en quien lo sufre, y la pérdida de la confianza que genera, en todos, en uno mismo, también.
• Las víctimas reconocen pensamientos recurrentes: uno, el de la venganza (algún día…) y, a veces, el de desaparecer del mapa…
• Resaltar las consecuencias balsámicas de la ayuda de los compañeros, de los iguales. De los que casi siempre, solo, observan, sin hacer nada. Basta sentir una mano en tu hombro, la mirada sincera, el apoyo de algunos amigos y compañeros para ver la luz al final del túnel.
• Es necesario pedir ayuda. Si no puedes enfrentar la situación, pide ayuda. No lo dudes. Y no te retrases en hacerlo. Nunca.

• De esto se sale. Con ayuda, se sale.

ESTOS DOS JÓVENES TUVIERON EL VALOR DE HABLAR SOBRE EL BULLYING.

La solución al bullying o acoso escolar pasa por la educación

Estas situaciones podrían evitarse ya que la solución la tenemos en nuestras manos. Una buena educación en valores es esencial para acabar con este problema y evitar que más personas sufran acoso escolar. Para ello, debemos de ir en contra de algunos valores que presenta la sociedad actual como la exaltación de poder, los modelos estéticos imposibles, el éxito sin esfuerzo, la competitividad extrema, la dependencia de las redes sociales o de la tecnología, hedonismo y la vida basada en el consumismo. Si no se trabajan estos valores y no se conciencia a las personas desde edades tempranas, estas conductas pueden continuar en la vida adulta haciendo que el bullying o acoso sea un problema crónico en la Sociedad.

Como padres y educadores es nuestra labor inculcar valores para que el menor aprenda a respetar, a ceder, a superar la frustración, a saber ganar y perder, a compartir con los demás, a tener empatía, conocer sus límites, el valor del esfuerzo, a valorarse a sí mismo/a, a aceptar que en la vida hay dificultades, en definitiva a relacionarse de una manera adecuada en su entorno.