Las vacaciones en familia deben incluir tiempo para todos
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JUNIO: Como sobrevivir a las vacaciones en familia

29 de julio, acabas de terminar tu jornada de trabajo y ¡han llegado las vacaciones! Llegas a casa y piensas en la tranquilidad, que se acabaron los horarios, las prisas, el estrés, de pasar tiempo relajado con tu familia… Un momento… ¿tranquilidad? Pero… ¿y estos gritos, lloros y juguetes tirados en medio del salón? ¡Los niños! ¡Ellos también tienen vacaciones y su plan consiste en actividad y juegos continuos!

Normalmente suele afrontarse este periodo de tiempo como una especie de “carga”, siempre pendientes de qué hacer con ellos, cómo distribuir su tiempo, qué actividades son las más idóneas y, en general, como una preocupación constante. Pero, si nos planificamos bien, esta preocupación puede convertirse en una oportunidad. Porque, efectivamente, en esto consisten las vacaciones con niños, en una oportunidad para aumentar las posibilidades de aprendizaje, mejorar nuestra comunicación con ellos, disfrutar y compartir momentos que durante el resto del año son imposibles de realizar. Es importante darnos cuenta que las vacaciones son para todos, para ti, para tu pareja, para tus hijos, para toda la familia y todos tenemos derecho a disfrutarlas.

Cada uno tiene su idea de verano perfecto. Por lo que es conveniente, poner esas ideas en común. En caso de tener niños pequeños, los padres deben conocer las necesidades reales de los hijos saber qué actividades son las más recomendables. Fundamentalmente por dos motivos: para que todos puedan disfrutar de una parte de ese verano ideal y para que sepan buscar actividades comunes y consensuadas por todos. Es un buen momento para aprender a convivir.

Las vacaciones en familia deben incluir tiempo para todos

  • Para los niños solos
  • Para la pareja, juntos y por separado
  • Para toda la familia unida

 

1. Para los niños solos

Las vacaciones son un periodo fantástico para que los hijos aprendan algo que de mayores les puede ayudar mucho a saber gestionar el estrés: trabajar en horario de trabajo y descansar en horario de descanso. Es decir, las vacaciones deben ser para ellos, fundamentalmente, ocio.

Es bueno que los niños aprendan a relajarse ya que durante el curso sufren un exceso de agenda: colegio, clases extraescolares o de refuerzos, competiciones deportivas etc. Por lo que es igual de importante que en verano aprendan a relajarse igual que en invierno a disciplinarse. Sin embargo y aunque sean vacaciones, deben existir también unas responsabilidades básicas tales como ayudar en casa, acordar horarios o cumplir con unas determinadas horas de sueño.

Tenemos que buscar actividades que consigan los mismos beneficios que les aportan las actividades escolares: desarrollo de la parte lúdica, de las relaciones interpersonales y habilidades sociales, y orden y pautas, más o menos estables, en la unidad familiar.

A pesar de todo, es importante mantener también algunas pequeñas rutinas del inverno, aunque de modo más flexible y adaptadas al verano, para que luego la vuelta en septiembre no sea tan costosa. Por ejemplo, una lectura relajada media hora antes de dormir, juegos o videos en los que aprendan idiomas, actividades musicales, etc.

2. Para la pareja, juntos y por separado

Los padres como educadores de sus hijos deben, como es lógico, estar pendientes de sus hijos pero también es crucial que como pareja reserven un tiempo para estar juntos. Y además, no deben dejarlo al azar porque si no, nunca se encuentra. Siempre se debe cuidar la relación sentimental pero en vacaciones se dispone de más tiempo. Por eso es importante buscar espacio para la pareja, no quedarse siempre en casa, salir a cenar, dar un paseo, tomar un cañita, mantener relaciones sexuales, sentirse atractivo, generar pasión, etc.

Sin embargo, en vacaciones suele surgir el problema de que la pareja suele pasar junta más tiempo del habitual. Cuando uno o dos cónyuges trabaja supone que a lo largo del año pasan poco tiempo juntos, un tiempo que aprovechan para comentar cosas del trabajo, tareas pendientes o temas de los hijos. Todo eso en el período estival desaparece. Los temas de conversación ya no son los que eran, pero el tiempo conjunto es mayor. Se añade, además, que es posible que con el tiempo se hayan ido perdiendo progresivamente habilidades de conversación. Por eso es importante encontrar momentos no solo de ocio sino también momentos de calma para poder hablar.

Tampoco hay que olvidarse de reservar momentos de descanso u ocio individual. No estamos acostumbrados a estar todos juntos 24horas al día, con lo que los problemas crecen. Para ello lo mejor es seguir manteniendo un tiempo de soledad. No es necesario que sea muy largo, pero tener una actividad individual ayuda a pasar unas buenas vacaciones. Por ello es aconsejable que ambos padres se repartan las responsabilidades de los niños. De forma que cada uno sepa que ese día por la mañana la tendrá para sí mismo, mientras la otra persona se ocupa de los pequeños.

3. Para toda la familia unida

Por último, y teniendo en cuenta todas estas premisas, la solución más completa tanto para los niños como para sus padres es divertirse juntos. Es la manera de ocuparse de ellos sin sentir estrés y unir los lazos familiares. Hay que tener presente que los propios hijos quieren pasar tiempo con los padres, por lo que van a valorar más un momento juntos de ocio que un continuo de actividades. Lo que importa es la calidad y no tanto la cantidad del tiempo invertido.

De hecho, diferentes investigaciones ponen en evidencia que «los niños que no reciben la atención suficiente por parte de sus padres o figuras de referencia, tienen más propensión a mostrarse agresivos, a padecer sentimientos de soledad, aburrimiento que no saben gestionar ni llenar con actividades, a nivel personal presentan baja autoestima e inseguridad que pueden afectar tanto a nivel personal como a nivel de bajo rendimiento escolar».

Por ello, para que los niños crezcan emocionalmente deben poder dar y recibir afecto y saber expresar y entender las emociones de los demás. Las vacaciones deben favorecer el aprendizaje de estos modelos y no momentos de tensión.

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