La educación de los hijos suele desesperar a los padres.
Blog, Psicología Infantil

¡SOS, mi hijo no obedece!

Todos los niños son reacios a hacer lo que no les gusta o no les apetece en ese momento, porque se sienten exactamente igual que los adultos cuando suena el despertador y hay que ir a trabajar. La diferencia entre una situación y otra está en el control de los impulsos. Dicho control nos lo enseñaron nuestros padres. Si no fuera así, apagaríamos el despertador y seguiríamos durmiendo. De ese control va a ir dirigido este blog: de la necesidad de aprender a saber lo que se puede o no hacer y de aprender a tener en cuenta las consecuencias de lo que hago.

“Cuanto más te especialices en poner normas, mayor colaboración encontraras en tus hijos y menos veces tendrás que aplicar consecuencias negativas para que se cumplan. Tu actitud repercutirá directamente en un ambiente agradable en tu casa en donde tus hijos se sientan felices.”

LA DESOBEDIENCIA: La desobediencia es la resistencia a cumplir una orden.

Por un lado, está la interpretación de los niños de la desobediencia.

Desobedecer es innato a los niños, y por muy contradictorio que parezca, es sano para su desarrollo. Con la protesta manifiestan lo que no les gusta o que no están de acuerdo con lo que le pides. Es positivo porque cuando se quejan te dice que se está enterando de lo que le pides y aprende a mostrar su desacuerdo, es decir, está desarrollando su inteligencia emocional: descubren, describen y sienten propias emociones. Sin embargo, es más preocupante la actitud sumisa que toman algunos niños (hay que plantearse que algo ocurre y debemos enseñarle y animarle a expresarlo).

Seguro que alguna vez cuando se niega a hacer algo, tu hijo te ha contestado: “porque tú lo digas”, “eso no es justo”, “ahora voy, tranquila”, “¿y mi hermano qué?”… El lisado puede ser eterno, pero todas expresan lo mismo: enfado. Realmente, lo que están queriendo decir es: “Estoy aprendiendo, sé que es más fácil cuando cumplo con mis responsabilidades, pero me cuesta hacerlo y quiero que me enseñes”.

Por otro lado, está la visión de los padres de la desobediencia.

Los padres viven con angustia la desobediencia, es decir, descubrir que no pueden controlar el comportamiento de sus hijos les genera ansiedad: “siempre quiere salirse con la suya”, “atiende cuando le da la gana”, “le encanta vernos desquiciados”, “por llevar la contraria”, “siempre quiere tener la última palabra”…

Para desesperación de los padres, los niños protestan, llorando, gritando, pegando incluso insultando. Pero por muy insoportable que resulte, esta actitud tienen que mostrarla para expresar su desacuerdo y comprender hasta donde llegan los límites. Es positivo porque entienden lo que se les pide pero tenemos que enseñarles “hasta aquí se puede, más allá no”, y así van desarrollando capacidades como: tolerancia a la frustración, la autoestima, la capacidad crítica, la de ponerse en el lugar del otro, la de reconocer sus emociones, la de solucionar problemas… Todo esto le llevara a entender e integrar valores como: respeto, responsabilidad, empatía y colaboración.

¿CUANDO TENGO QUE EMPEZAR A PONER LIMITES A MI HIJO?

Desde siempre. A los niños hay que ponerles límites desde que nacen, ya que se trata de un proceso progresivo de aprendizaje. Cada edad necesita de unos límites, diferentes y adaptados a cada niño, porque son necesarios para su crecimiento. A través de ellos aprenden como deben comportarse, a saber hasta dónde pueden llegar y que pueden hacer o no.

EDAD NORMAS
0 – 1 años Las normas giraran en torno a los hábitos que va adquiriendo el niño, como la alimentación, el sueño y la seguridad.
1 – 2 años Hasta ese momento te habías pasado casi todo el día diciendo “eso no se toca” y ahora te pasaras el día entero. La paciencia será tu mejor aliada, ya que no sabe que puede o no hacer, así que tendrás que repetírselo constantemente, está aprendiendo.
2 – 3 años “La edad del NO” y las temidas rabietas: suelen decir “yo solito”, es una época que la necesidad de autonomía que le lleva a intentar hacer todo por su cuenta. Además, ha descubierto el “no”.
4 – 5 años Toman especial relevancia las consecuencias que pongas a su conducta. Establece las normas en función de su edad y de sus capacidades.
5 – 6 años Es normal etapas de desobediencia. Mantente firme y se constante en la aplicación de las consecuencias, para que tu hijo interiorice las normas y las convierta en habito.
< 7 años Si has puesto las normas anteriormente y has sido consecuente, comienza un periodo más tranquilo en el que las rabietas y rachas de desobediencia disminuyen y tu hijo entiende los límites y las normas que hay en casa y las respeta.
Adolescencia Comienzan sus primeras opiniones y hay que escucharlas. En esta etapa es común la negocionación de las normas.

 

Si has sido firme anteriormente, estarás recogiendo frutos, tu hijo comienza a marcarse y cumplir sus propios límites. A partir de ahora, las negociaciones y los acuerdos marcaran las normas.

REACCIONES DE LOS NIÑOS

Los niños no son agresivos, pero sí pasan por etapas donde están muy presentes determinadas conductas agresivas, todas ellas dentro de su desarrollo. La siguiente tabla las muestra.

EDAD ¿Qué hacen? ¿Por qué lo hacen? ¿Para que lo hacen?
0 – 1 años Llorar Manifiestan sus necesidades básicas (sueño, hambre, dolor, aburrimiento…) Reducción de la tensión
1 – 2 años Rabietas Es un explorador Necesidad de autonomía
2 – 3 años Rabietas No saben expresarse de otra manera. Conflictos con la autoridad (edad del «no» y del «yo solo») Necesidad de autonomía
3 – 4 años Rabietas y peleas Aparicion de los celos y la envidia. Buscan diferenciarse de lo demás Autoafirmación y defensa de su individualidad
4 – 5 años Desobediencia, peleas, rabietas (menos intensas) Por frustracion por no obtener aquello que quieren Integración y asimilación las normas
5 – 6 años Peleas físicas y verbales. Manifiestan ira hacia algun hermano Rebeldia contra la norma Adaptación social y control de los sentimientos
6 – 7 años Los niños se pelean físicamente y las niñas verbalmente. Sentimiento de competitividad Asimilación de las normas morales Adaptación social y control de los sentimientos
< 7 años Estallidos de ira Por el fuerte sentimiento de justicia y defensa de sus derechos según su perspectiva Autocontrol, autonomía e independencia
Adolescencia Aparente rechazo a lo familiar Búsqueda de identificación con el grupo y diferenciación de los padres Autonomía, autoestima y empatía

 

Conocerlas da tranquilidad, pero el hecho de que sea un comportamiento evolutivamente normal no quiere decir que no tengamos que intervenir. Es el momento de enseñar a nuestros hijos a tolerar el NO y el respeto a los límites, la clave será que aprenda que comportamientos son adecuados y cuales no a través de reforzar los primeros y no atender los segundos, así descubrirá que no todo está a su disposición aquí y ahora. Tu actitud será determinante para que el número de veces en las que aparecen y la intensidad se vean reducidos.

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