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Fracaso Escolar

Hablar del fracaso escolar en España es abordar un problema conocido y estudiado tanto por las distintas instituciones con responsabilidad en el tema como por las diversas disciplinas académicas.

España presenta un índice superior de fracaso escolar en comparación con el resto de la media Europea (en concreto, sólo nos supera Portugal y quedamos muy lejos del 7% que existe en Suecia). La dimensión del problema queda reflejada en las cifras oficiales disponibles.

Los números son alarmantes:
  • El 31% de los alumnos españoles abandonan la escolarización antes de los 16 años
  • Si comparamos chicas (29%) < chicos (41%)
En la enseñanza media:
  • 32% de los alumnos repiten curso
  • 35% no terminan con éxito 2º de ESO
  • 48% no superan el bachiller
  • 50% abandono de los estudios en la universidad

Hablamos de fracaso escolar cuando un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento y nivel pedagógico medio esperado para su edad. Como observamos, los problemas escolares surgen a menudo y en distintas etapas de crecimiento. Existen múltiples causas, como por ejemplo propio niño, sistema educativo, de la familia y del entorno.

NIÑO

Surgen cuando los resultados pedagógicos están por debajo de las capacidades intelectuales del niño con respecto a su edad, que interfieren significativamente en el rendimiento en la escuela, dificultando el adecuado progreso del niño y la consecución de las metas marcadas en los distintos planes educativos.

Las más reseñables son los trastornos de aprendizaje y los trastornos emocionales. Las cifras varían según los diferentes estudios, pero son aproximadamente las siguientes: sólo un 2% se debe a factores intelectuales. Alrededor de un 29% de fracaso se debe a trastornos de aprendizajes (entre los que destaca la dislexia); y entre un 30 y 50% se debe a trastornos emocionales como depresión, baja autoestima, trastornos de ansiedad… además, un preocupante 10 % lo ocupa en este momento dentro de los factores emocionales, el trastorno más estudiado en España en psicología infantil en los últimos años: el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

También cabe destacar la importancia de la metodología de estudio. Un método de estudio poco adecuado, en el que prime la memorización a la comprensión, subrayar todo el texto sin haberlo leído previamente, no saber hacer resúmenes ni esquemas… puede llevar a que las calificaciones no reflejen el esfuerzo y el tiempo invertido en estudiar.

FAMILIA

Y por supuesto no podemos eludir el papel que representa la familia. La influencia de esta en la estabilidad emocional del niño es fundamental. Por ello, estas circunstancias pueden alterar el equilibrio afectivo y perjudicar su rendimiento escolar.

Por un lado, las situaciones especiales que alteran el núcleo familiar: como la muerte o enfermedad de uno de los progenitores o de un ser querido por el niño, el abandono, separación del matrimonio, nuevo matrimonio de uno de los padres, nacimiento de un nuevo hermano, situaciones hoy mucho más frecuentes y que siempre que no estén bien enfocadas, afectan enormemente el desarrollo emocional del niño.

Por otro lado, los estilos educativos de los padres: como la severidad excesiva o exceso de perfección que hacen que los padres creen unas expectativas que los niños no pueden alcanzar (tienen que ser los mejores) lo que crea una fuerte inseguridad en el niño que nunca podrá llegar a las altas metas fijadas y como consecuencia se sentirá frustrado si no lo consigue. O por el contrario el exceso de protección, el niño excesivamente mimado y protegido, cae también en la inseguridad porque no sabe enfrentarse solo a las frustraciones si mamá o papá no están allí para resolver el problema.

Por último, podemos incluir en este apartado, padres ocupados y niños que no cuentan con la atención que requieren de sus padres tienden a descuidar el rendimiento escolar.

“Los padres que apoyan a sus hijos como estudiantes contribuyen en forma significativa a su éxito escolar.”

SISTEMA EDUCATIVO

Los factores que pueden influir dentro del sistema educativo son: el método de enseñanza del centro, no adecuar el interés del niño con los contenidos que se imparten, o bien la alta exigencia que no atiende a la madurez de cada uno, el número de los alumnos por clase (la masificación: el número de alumnos que a veces supera los 25), la calidad de los profesores (determinadas aptitudes se pueden potenciar o bloquear a los alumnos), las enseñanzas impartidas (la dispersión de materias y un exceso de deberes), los sistemas de evaluación, el desconocimiento de las adecuadas técnicas de estudio…

ENTORNO

La socialización es un factor muy importante. No es raro, que un chico suspenda el curso cuando cambia de centro, o cuando tiene problemas de relación con los demás, si carece por tanto de habilidades sociales o se junta a niños que no son adecuados para él.

A veces, no sentirse aceptado por los compañeros o no tener amigos puede hacer que se retraigan académicamente. Por no hablar de los complejos: verse gordo, avergonzarse de llevar unas gafas o rechazar el aparato corrector de los dientes pueden ser detonantes de un bloqueo.

¿CÓMO LO DETECTAMOS LOS PADRES?

Por un lado, ciertas circunstancias transitorias pueden convertirse en la base de un fracaso escolar si no se detectan a tiempo. Como pueden ser los problemas de salud. Una pequeña anemia (detectable con un simple análisis de sangre) puede ser el origen de esa apatía que perjudica a su rendimiento. Una pérdida auditiva o algún defecto en la visión, si no se corrigen a tiempo, les pueden hacer ir cada vez más rezagados. Estemos pendientes y no pasemos por alto las revisiones de su pediatra.

Por otro lado, además de las notas del niño, los padres debemos estar atentos al rendimiento de éste. Es fundamental una comunicación fluida con el colegio más allá de leernos el boletín que traen los niños a casa. Además hay que observar las señales que puede dar el niño. Por ejemplo que no muestre interés por la lectura, lea muy despacio, tartamudeando y por debajo de la media de otros niños de su edad. Igualmente la escritura del niño se puede notar muy limitada. A la par, hay que estar atento al estado emocional del niño. Por ejemplo, si tiene una actitud de tristeza, depresión, soledad, baja autoestima, ansiedad… Por todo esto, la comunicación entre colegio – padres – hijos es fundamental para detectar a tiempo cualquier problema.

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