¡Atención padres!

El adolescente típico suele estar lleno de dudas: la importancia del físico, la dureza de los sentimientos, la dificultad de tomar decisiones, ya que ahora son conscientes de que implican consecuencias, la incertidumbre del futuro…

A diferencia de los adolescentes, los niños suelen tener opiniones claras acerca de todo, y esas opiniones y modo de pensar casi siempre reflejan las ideas y pensamientos de sus padres. Pero al entrar en la adolescencia, empiezan a cuestionarse todas estas ideas, las opiniones de sus padres ya no les parecen tan válidas y no responden a todas sus preguntas. Son conscientes de que esas son las opiniones de los demás e intentan buscar sus propias verdades.

Comienzan a manejar hipótesis y ver posibilidades infinitas. Esto les permite analizar doctrinas filosóficas o políticas, o formular nuevas teorías. Si en la infancia sólo podían odiar o amar cosas o a personas concretas, ahora pueden amar u odiar cosas abstractas, como la libertad o la discriminación, tener ideales y luchar por ellos. Mientras que los niños luchan por captar el mundo como es, los adolescentes se hacen conscientes de cómo podría ser.

¡Adolescentes, este video va dirigido a vosotros (solo tenéis que dedicarle 7 minutos)!

A veces, todos tenemos los mismos problemas, pensamientos, sensaciones. Sin embargo, saber entender que lo que a ti te pasa, les pasa a todos, ayuda a llevarlo. Mientras que pensar que eres el único, sólo agranda el problema y te mete en ti mismo.

Ser joven ofrece un mundo de posibilidades. Cada decisión que tomamos tiene unas repercusiones en el futuro, pero no hay que olvidarse de que muchas cosas escapan a nuestro control. No hay que castigarse si algo sale mal, sino mirar hacia adelante y tratar de ser felices con lo que venga. No todos podemos llegar a presidentes del mundo, pero no por ello nuestra vida vale menos ni tiene que ser menos gratificante por ello, sino que depende del valor que nosotros le demos.